4/21/2006

3.- El atardecer en Ipanema


Es tradición que el atardecer en Río ha de verso a la altura del posto 9 de Ipanema. Durante un tiempo, algunos bañistas y paseantes tardíos aplaudían en el momento que el sol se hundía más allá del morro Dois irmãos.

Pocas experiencias tan marcantes como salir paseando del hotel Meridian, en el inicio de Copacabana, recorrer por el calçadão de piedras portuguesas toda la orla hasta la roca do Arpoador, entrar en Ipanema, tomar un agua de coco para reponer fuerzas y llegar despacito a través del bello paisaje humano hasta el comienzo de Leblon, a la altura del hotel Marina, con la favela del Vidigal al fondo, encendiendo las primeras luces. Es un momento sobrecogedor, para ver sentado en la arena, con los primeros pescadores llegando. En mi caso suelo culminarlo con la fumada de un puro bahiano, un Beija Flor, y ya he adquirido el timing necesario para saber en que momento inicar la caminata, y a que ritmo fumar el puro para que las últimas caladas coincidan con la llegada de la noche.

Atardecer en Ipanema. La propia Marina Lima, que no tiene nada que ver con el hotel Marina, lo ha celebrado en Virgem, una de sus mejores canciones:

As coisas não precisam de você
Quem disse que eu tinha que precisar
As luzes brilham no Vidigal
E não precisam de você
Os dois irmãos também não ..... precisam
O hotel Marina quando acende
Não é por nós dois
Nem lembra o nosso amor
Os inocentes do Leblon
Esses nem sabem de você
E o farol da ilha só gira agora
Por outros olhos e armadilhas