5/06/2006

18.- Casa de areia



Rodada en los lençois maranhenses, el desierto con mayor número de oasis del mundo, -casi un oasis en forma de desierto- esta película es una de las más bellas reflexiones que se han hecho sobre el paso del tiempo.

Andrucha Waddington había dado muestras de talento en Eu, tu, eles y en un bello documental sobre las fiestas juninas. Pero con Casa de areia entra dando un portazo en el club de las grandes directores universales.

Absorbidos por Hollywood Walter Salles y Fernando Mireilles, parece que Waddinton ha recogido el testigo para llevar el cine nacional a la más alta exigencia.

Una curiosidad en Casa de areia es cómo el tiempo empuja a los personajes hasta transformarlos en Fernanda Montenegro. Al final del filme, incluso, coexisten en pantalla dos Fernandas Montenegro, haciendo de madre e hija.

Parece que el tiempo en aquel vasto desierto rodeado de océano tiene esa aspecto cruel (o cómico) de transformar a sus mujeres en Fernanda Montenegro.

Lo trágico es que la Montengro es la suegra del director (casado con Fernanda Torres) y que el paso del tiempo, dentro de su matrimonio, tendrá el mismo efecto montenegrizante.

Parece que Andrucha es consciente de que un día despertará, mirará a su lado, y verá que la Torres se ha transformado, como los personajes de la película, en Montenegro.

También es curiosa la transformación de Seu Jorge en Luiz Melodía, que hace que todo quede dentro de la MPB.

Película hermosa, borracha, llena de metáforas lunares y sublunares.

Casa de areia es sin duda la mejor película brasileña desde Estaçao central.